El deporte femenino ha tenido una evolución evidente a lo largo de la historia. Sin embargo, no fue hasta 1900 que se introdujo finalmente en los Juegos Olímpicos, aunque con una escasa participación y dos únicos deportes: golf y tenis. La primera mujer laureada de la historia fue Charlotte Cooper, en tenis.
Pero si comparamos estos avances con el deporte masculino, parece que vivamos en épocas cronológicamente diferentes. En este sentido, las mujeres seguimos siendo invisibles. "Cuando algo no es conocido no genera espectadores y no se habla de ello, y por tanto, no existe"
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| Charlotte Cooper |
Aunque también podemos decir que hay numerosas deportistas por todo el mundo que han llegado a la cima y han conseguido medallas y trofeos gracias a su esfuerzo y consideración con el deporte; pero sin embargo, no están bien catalogadas por su género y se habla poco de ellas. Esto también se lo debemos a los medios de comunicación, que se centran mucho más en el deporte masculino y olvidan su otra cara, y por tanto nadie las conoce.
Actualmente, deportistas como Mireia Belmonte, Carolina Marín, las chicas del balonmano y de cualquier otro deporte se intentan abrir paso en un mundo cegado por la diferencia de géneros y en el cual hacen falta más que un mundial, un oro o una plata para ser reconocidas por su constancia.
Redactado por El Templo de Nike
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